Después de décadas y décadas de control de los movimientos de la población a través del hukou (户口), Chengdu ha puesto fin a este sistema de registro que en las últimas décadas había creado ciudadanos de primera y de segunda en las grandes ciudades chinas. Así lo comunicó el pasado 16 de noviembre el gobierno de la ciudad de Chengdu, con una ley que defiende la absoluta libertad de movimientos de los campesinos y su igualdad de derechos respecto a los residentes urbanos.
La ciudad de Chengdu acabará con el hukou a partir de 2012, cuando sólo habrá un sistema de registro y éste dependerá del lugar de residencia. Se unificarán también todas las redes de empleo, educación y seguridad social, y todos los ciudadanos tendrán por ley los mismos derechos.
El periódico Chengdu Shangbao (成都商报) dedicaba su portada de ayer a la nueva medida emprendida por el gobierno de Chengdu y que pone fin a varios años de ajustes y liberalización delhukou en la capital de Sichuan (se habían hecho reformas al menos desde el 2004). En el gráfico central se hace hincapié en tres ideas fundamentales: “libertad de movimientos, los campesinos pueden entrar a la ciudad e igualdad de derechos”.
La nueva ley indica que se construirán edificios económicos en zonas determinadas de la ciudad para los campesinos y que estarán listas a finales de 2012, lo que facilitará su llegada la ciudad y evitará el “fenómeno favela”. Los derechos de los campesinos no sólo estarán asegurados en las urbes, sino que además se ha estipulado por ley que también mantendrán sus tierras y propiedades en sus lugares de origen. El gobierno de Chengdu no ha hecho el trabajo a medias ni ha intentado poner un parche: al menos sobre el papel, su objetivo es acabar definitivamente con el hukou tal y como lo conocemos.
El hukou es un sistema de registro que nació en los 50 con el objetivo de reducir los movimientos de los ciudadanos y controlar a la población china. En una época de economía planificada y cupones para comprar casi todo, aquel que emigraba de su lugar de nacimiento se veía sin educación, sanidad ni comida. A pesar de que desde 1978 ha habido una mayor flexibilidad, los campesinos que han llegado a las ciudades en las últimas tres décadas (unos 200 millones, la población de Alemania, Francia y España juntas) se han visto desprovistos de los mismos derechos que los residentes urbanos (educación, sanidad, empleo, etc…).
La reforma del hukou, todavía pendiente en el resto del país, es una de las mayores demandas de los chinos más pobres, que llegan a las grandes ciudades escapando de la miseria y se encuentran discriminados en su propio país. El pasado 1 de marzo, varios periódicos se pusieron de acuerdo para publicar un editorial conjunto en el que pedían su paulatina abolición. En ese editorial, donde se defendía la libertad de movimientos y el fin de un sistema desfasado, los medios chinos se atrevieron a recoger el sentir de muchos otros damnificados:
[…] el sistema de registro provoca diferencias y desigualdades entre los residentes en la ciudad y los campesinos llegados de fuera, limitando la libertad de movimiento de sus ciudadanos y convirtiéndose en una clara violación de la Constitución.
El mayor peligro de la aprobación de esta medida podría ser la avalancha repentina de cientos de miles de personas hasta la ciudad de Chengdu, causando el colapso de los servicios sociales y la formación de guetos de pobreza. Aunque es difícil hacer un pronóstico, lo cierto es que todo el país está lleno de ciudadanos de la provincia de Sichuan, que casi siempre prefieren emigrar a las grandes ciudades de la costa como Shenzhen, Guangzhou o Shanghai. Si Chengdu quiere seguir siendo la ciudad más importante del centro-oeste de China y el núcleo de los nuevos proyectos económicos de desarrollo en el oeste, es más que probable que siga necesitando mano de obra barata.
Chengdu se ha ganado ya el apelativo de “pionera”, como la describe el Southern Weekly. Aunque ha habido otras reformas del hukou en otras ciudades (por ejemplo, en Shenzhen), la capital de Sichuan ha sido la que ha llegado más lejos. Queda por ver si el resto de regiones siguen el ejemplo de Chengdu.
Muy bien por Chengdu, espero que se extienda a toda la provincia de Sichuan, para empezar.
Es interesante saber que las ciudades pueden elegir si lo eliminan o no.
El "hukou" en sí mismo no es un concepto sólo de los chinos. En España existe también el hukou. No es ni más ni menos que el "padrón". La diferencia primordial es que en China no permite que uno se cambie de hukou libremente, y en España sí. En España también se pide el certificado de empadronamiento para muchas papeleos y servicios públicos…
Por supuesto que el hukou, u otros sistemas de registro, existen en todo el mundo. La diferencia es la importancia que ha tenido en la historia reciente de China: en un principio incluso para conseguir comida, y a partir de 1978 como discriminacion de los emigrantes del campo a las ciudades, que se ven desfavorecidos en la educacion o la sanidad. Es bastante dificil comparar la importancia y el significado del hukou en China con cualquier otro pais.
Muy interesante noticia, gracias ZaiChina. Una de las cosas que más me sorprende de China, y de las que siempre cuento a la gente que viene a visitarme, es la ausencia de barrios de favelas, y la consecuente seguridad que reina en las grandes ciudades chinas. Parece que este país tendría todos los ingredientes para crear ese tipo de barrios: país en vías de desarrollo, condiciones precarias en el campo, grandes flujos migratorios a ciudades, ciudades muy pobladas. Casi me atrevería a decir que es el único país de estas características que no tiene problemas de este tipo. La diferencia con Sao Paolo o Mexico DF es clara, y no digamos ya con mega-urbes africanas como Lagos (en este caso tuve la oportunidad de verlo con mis propios ojos).
Las razones por las que en China no hay este problema serán muchas, pero estoy seguro que el Hukou, con todos los problemas que tenga, es una de las principales.
Tengo mucha curiosidad por ver qué tal funciona el experimento de Chengdu y qué consecuencias tiene. Ójala sean todas buenas y pueda extenderse el modelo a otras ciudades chinas.