Como en muchos otros países, en China, cuando se destapa algún caso de corrupción, ilegalidad o injusticia, el Gobierno suele responder destituyendo a algún cargo político relacionado con la polémica. Así ha pasado durante el último año con el accidente de tren de Wenzhou o los niños secuestrados y dados en adopción en un condado de la provincia de Hunan. En medio de las críticas de medios de comunicación y ciudadanos, las autoridades deciden despedir a algún político (normalmente de bajo rango) como muestra de que respetan a la opinión pública y de que están tomando cartas en el asunto para solucionar el problema.
Pero, ¿qué pasa después con estos políticos destituidos? En muchos casos, en cuanto se acaba la tormenta mediática vuelven a ocupar puestos de responsabilidad. Esa es la crítica que esta semana recoge Caixin, uno de los medios más atrevidos del país, que publica esta semana la siguiente viñeta bajo el título de “El camino secreto de la vuelta al poder” (隐秘复出路).
En los últimos días se ha dado a conocer otro de estos casos en los que políticos destituidos vuelven a ocupar puestos de responsabilidad. Los protagonistas están relacionados con el condado de Yihuang (宜黄), en la sureña provincia de Jiangxi, donde tres personas se inmolaran en el tejado de sus casas como protesta por la inminente demolición de su casa. Las imágenes y la respuesta de las autoridades locales (que primero censuraron la información y después intentaron evitar que miembros de la familia llegaran a Pekín para protestar) provocaron en 2010 la destitución de dos de los principales líderes políticos del condado, Qiu Jianguo (邱建国) y Su Jianguo (苏建国). Ahora, menos de dos años después, los dos ocupan puestos de responsabilidad en la prefectura de Fuzhou (抚州), a la que pertenece Yihuang. Como muestra muy bien la viñeta de Ding Huayong, este caso no es ni mucho menos una excepción.
Como ya suele ser habitual en Caixin, el medio apuesta por un mayor control de los funcionarios y un mayor respeto por la opinión pública:
“El camino de vuelta al poder de estos funcionarios es secreto y no está nada claro. La Asamblea Popular Nacional no tiene la capacidad de controlarlos y la crítica de la opinión pública tan sólo puede clamar al cielo durante un rato. Si la vuelta de estos funcionarios quiere contar con la aprobación de la gente, antes de nada hay que culpabilizar a los responsables de forma lógica y de acuerdo a las leyes, al mismo tiempo que es necesario reformar los mecanismos de nombramiento y control de los políticos. De otra forma, si se tiene la actitud de tan sólo echar la culpa a los funcionarios, entonces no se podrá avanzar en la selección de los mejores”.
Fuente
► Caixin: 隐秘复出路
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