En los medios chinos no es frecuente encontrarse con reflexiones en torno a los movimientos democráticos, las libertades individuales o la desobediencia civil. Tampoco es frecuente hablar abiertamente de la mejor forma de derrocar a un gobierno dictatorial y emprender una transformación democrática. Y, sin embargo, este tipo de discusiones se han colado en las últimas semanas en algunos medios chinos. ¿Cuál es el secreto? Se llama Aung San Suu Kyi.
La táctica es bien conocida desde hace tiempo. Cuando un tema se prohíbe en China, los periodistas más atrevidos buscan esa misma cuestión en el extranjero para abordarla en clave nacional pero no provocar la ira de los organismos censores.La semana pasada, uno de los casos más evidentes lo vimos en el Southern People Weekly (南方人物周刊), que se fue hasta Birmania para entrevistar a Aung San Suu Kyi, liberada hace poco de su arresto domiciliario y pieza clave en la actual apertura del régimen en ese país.
Además de ocupar la portada, este semanal le dedicó 20 páginas a Aung San Suu Kyi, haciendo mención también a la reciente película basada en su vida que se ha estrenado en Hong-Kong. El Southern People Weekly no duda ni un instante en comparar a esta mujer con Nelson Mandela y en destacar su coraje y lucha por la libertad. El titular elegido para acompañar la entrevista es “Buscando restituir la justicia” y las líneas más destacadas de sus declaraciones son las siguientes:
“Antes, la gente decía que la política no tenía nada que ver con ellos, que la política no les interesaba y este tipo de cosas. Sin embargo, lo que ha sorprendido a la gente es que, una vez que se ha abierto un pequeño hueco político, por pequeño que sea, te das cuenta de la cantidad de gente que estaba dispuesta a movilizarse y a hacer reformas. Yo creo que la razón es que en su interior mucha gente piensa que participando de este movimiento, a través de él, pueden conseguir una vida mejor para las personas de este país”.
La larga entrevista, de nueve páginas, está llena de referencias sutiles a la situación política de China, todas ellas planteadas casi siempre por el periodista, Yang Xiao (杨潇). Es éste quien le pregunta directamente por la supuesta “primavera birmana” y por la posibilidad de que el país, al igual que hizo China, decida abrir “primero la economía y después la política”. En este sentido, Aung San Suu Kyi no tiene dudas: “[ambas reformas] tienen que ir de la mano y no pueden ser separadas”. Es también el propio periodista quien le pregunta sobre cómo se puede acabar con el miedo de la gente a expresarse y a ser detenidos por las autoridades, y sobre esa supuesta falta de interés del ciudadano medio en las decisiones políticas. Aung San Suu Kyi, por su parte, habla de desobediencia civil, del poder de los débiles, de la necesidad de defender los valores en los que uno cree y de como la democracia tiene que surgir de todos y cada uno de los ciudadanos:
La gente a menudo me pregunta, ¿cuándo podremos conseguir la democracia? Yo siempre les respondo lo mismo: “pregúntatelo a ti mismo”. Pregúntate a ti mismo qué has hecho por la democracia, y respóndete a ti mismo. Si no has hecho nada por la democracia, entonces no estás capacitado para hacer esa pregunta.
Uno de los puntos más curiosos de la entrevista se produce cuando el periodista le pregunta por Václac Havel, uno de los intelectuales checos que más firmemente se opuso a la dictadura comunista en su país y más tarde se convirtiera en Presidente. Václac Havel fue precisamente uno de los promotores de la Carta 77, en la que se inspiró Liu Xiaobo a la hora de escribir su Carta 08, que defendía la instauración de un sistema democrático en China. El paralelo con respecto al disidente chino no acaba ahí: Aung San Suu Kyi, junto con Carl von Ossietzky y Liu Xiaobo, son las únicas tres personas a las que se les ha concedido el Premio Nobel mientras estaban en la cárcel. Ante la imposibilidad de hablar con Liu Xiaobo, parece que el Southern People Weekly decidió entrevistar a Aung San Suu Kyi.
A lo largo de la entrevista, donde tan sólo se le hacen cuatro preguntas sobre China, se habla frecuentemente de las dificultades a la hora de formar partidos políticos independientes, de la transición democrática e incluso del rol que debería jugar la religión en la política, otra cuestión muy “sensible” en China debido a los problemas en Tíbet, Xinjiang o el propio Falungong. En Birmania, también, los monjes han jugado en los últimos años un papel importante como fuerza opositora al Gobierno.
La entrevista de Aung San Suu Kyi ha dado bastante de que hablar en otros medios de comunicación y en las redes sociales del país. En Sina Weibo, el propio Southern People Weekly publicaba una viñeta donde se hacía referencia a “acabar con medio siglo del severo sistema de censura de la información”. Se suponía que el semanal estaba hablando de Birmania y de su reciente apertura política, pero los internautas (y todo el mundo) lo interpretaron en clave nacional.
Además del Southern People Weekly, otros muchos medios se han entregado a la causa de Aung San Suu Kyi y a su tirón mediático. Junto con esa intención de hablar en clave nacional, los medios chinos, como los de cualquier otro lugar del mundo, están necesitados de historias humanas, con gancho y carisma. Aung San Suu Kyi, esta mujer de 66 años de edad, bajo arresto domiciliario durante 15 años y recién embarcada en una nueva campaña política por la democracia en Birmania, encaja perfectamente con las necesidades de cualquier medio de comunicación. Algunas de sus primeras imágenes y discursos por el país han sido muy destacadas en los principales portales de noticias chinos.
Fuentes
► Southern People Weekly: Entrevista con Aung San Suu Kyi (los otros tres artículos publicados por este mismo semanal)
► Viñeta publicada en Sina Weibo
► Netease: Fotos de Aung San Suu Kyi
Interesante! Aprovecho para agregar este comentario del Pakistan Observer, que toma de la nota mencionada, la parte que interesa a Birmania en su relación con China (y también con Estados Unidos. En eso la situación de Birmania y Pakistán tiene algunas similitudes). El artículo menciona los sentimientos antichinos provocados por las inversiones del gran vecino del norte, que requiere recursos naturales y materias primas pero le importan poco las consecuencias que sufre el territorio y su gente. En este caso pakobserver utiliza un artículo chino sobre Birmania para hablar de Pakistán.
http://pakobserver.net/detailnews.asp?id=140582