El campechano y carismático Huang Bo se ha convertido en el actor de moda en China
En la cartelera china, no es raro ver temporadas en las que un actor parece haberse multiplicado para tomar control absoluto de las salas de cine. Si el año pasado hablábamos de la ubicuidad de Wen Zhang, este año parece imposible ir al cine en China y no tropezarse con el bueno de Huang Bo (黄渤, Qingdao, 1974).
Graduado en la Academia de Cine de Beijing, Huang Bo se dio a conocer en 2006 en la comedia de bajo presupuesto “Crazy Stone” (疯狂的石头), una de las primeras sorpresas (y mayores éxitos) del entonces incipiente cine chino de bajo presupuesto. Desde entonces, este trabajador incansable no ha parado de trabajar, decidido a no dejar pasar de largo sus 15 minutos de gloria. Desde el año 2006, Huang Bo ha trabajado en 27 películas, muchas de ellas como protagonista, y diversas series y dramas para televisión.
Durante febrero, las audiencias chinas le han podido ver en “Lost in Tailand” (泰囧), la que es ya película más vista de la historia de China; en “Jorney to the West: conquering the demons” (西游), la nueva y creativa adaptación de Stephen Chow de la clásica obra literaria “Viaje al Oeste”; y “Say Yes!” (101次求婚), la última intentona de comedia romántica de las carteleras chinas. Y cuál es la sorpresa del espectador cuando se sienta en la oscuridad de la sala y lo ve aparecer incluso en los trailers de las películas a punto de estrenar, “The chef, the actor, the scoundrel”, y “Police story”, esta vez junto a Jackie Chan.
Este hombre de encías sonrientes, encasillado por su particular físico en papeles cómicos, ha demostrado sin embargo una capacidad de metamorfosis sorprendente, llegando a interpretar magistralmente al Rey Mono Sun Wukong, el que probablemente sea el personaje de ficción más popular del folclore chino, que en la película “Journey to the West” se transforma en un personaje mucho más ambiguo, oscuro y manipulador.
De apariencia cercana y creíble, ambas cualidades poco comunes en el cine chino, se ha convertido junto a Wang Baoqiang en estandarte de una nueva generación de actores cómicos de origen humilde, físicos imperfectos y sonrisas contagiosas, capaces de ofrecer interpretaciones con las que espectadores de toda clase social se sienten identificados, logrando involucrar emocionalmente a la audiencia en sus historias.
Un soplo de aire fresco en el estrellato chino, con quien apetece salir a echarte unas cañas después de la película. Un ejercicio de actuación que ofrece trabajadas interpretaciones en vez de inmóviles caras bonitas. Un actor de perfectas imperfecciones, que ha llegado decidido a cambiar los requisitos necesarios para triunfar en el séptimo arte chino.
Bienvenido, Huang Bo. Te estábamos esperando.
hay que reconocerle que tiene una vis comica brutal.