Después del juicio a Bo Xilai, el gobierno chino lanzó el domingo una investigación contra uno de los ex principales dirigentes del sector del petróleo
De todos los riesgos que pesan sobre el Partido Comunista de China (PCCh), hay uno que casi siempre es identificado unánimemente por todo el mundo: la corrupción. Expertos chinos y extranjeros, profesores universitarios y gente de a pie lo tienen muy claro: el uso indebido de fondos y el enriquecimiento personal de miembros del PCCh pueden minar la legitimidad del gobierno y ponerle en serios aprietos.
El análisis es en realidad compartido por los propios líderes chinos. El propio Hu Jintao, en su discurso de despedida a finales de 2012, ya advirtió que de no solucionar el problema de la corrupción, “podría producirse el fin del Partido y del país”. Es por eso que en sus primeras intervenciones como Secretario General del Partido, también Xi Jinping advirtió de que había que atacar al mismo tiempo “a los tigres y a las moscas”, en referencia a los altos cargos que hasta entonces (y salvo excepciones) no habían sido investigados.
La frase de Xi Jinping se hizo famosa desde principios de 2013 y ha corrido como la pólvora por los medios de comunicación y las redes sociales. Sobre el tigre de la viñeta se puede leer el caracter de “corrupto” o “corrupción”, tan (贪).
Durante las últimas semanas, toda la atención mediática ha estado centrada en el caso Bo Xilai, el gran “tigre” que finalmente ha pasado por los juzgados. Todavía sin reponernos del todo de este caso, el pasado domingo las autoridades chinas apuntaron hacia otro presunto corrupto: Jiang Jiemin (蒋洁敏), quien había dirigido durante siete años la China National Petrolium Corporation (CNPC) y llevaba desde marzo al frente de la comisión encargada de supervisar a las empresas estatales (la muy importante SASAC).
La nueva investigación sobre Jiang Jiemin, sin duda otro “tigre”, pretende mostrar el compromiso del nuevo gobierno chino en su lucha contra la corrupción. Otros analistas han apuntado, sin embargo, que podría tratarse de otro ataque a los protegidos de Zhou Yongkang, hombre fuerte del PCCh entre 2007 y 2012 y relacionado frecuentemente con Bo Xilai.
Bill Bishop, uno de los expertos económicos y políticos más respetados sobre China, hacía el siguiente análisis en su newsletter del 2 de septiembre:
“El ataque a Jiang Jiemin y a muchos otros altos funcionarios de la industria del petróleo es muy importante. Parece decir mucho sobre la disposición y habilidad de Xi Jinping de ir a por los tigres, la resolución de los líderes políticos de poner orden en las más importantes Empresas Propiedad del Estado y en el alcance de la neutralización de cualquier aliado poderoso que Bo Xilai haya tenido en algún momento.
Es difícil ver como una coincidencia que esta “purga del petróleo” haya alcanzado este alto nivel el mismo día que acabó el juicio a Bo Xilai y la misma semana que Xi Jinping hizo un tour de inspección a la provincia de Liaoning que incluyó una visita a Dalian, la antigua base de Bo. […]
Este otoño se presenta muy interesante.
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