Algunos de los comentarios e impresiones de los estudiantes que han hecho el examen de acceso a la universidad
Ayer se acabó el gaokao en 14 regiones chinas. Aunque todavía hay otras 17 donde los estudiantes luchan por la que está considerada como “la batalla por decidir tu futuro”, los medios se han llenado hoy de imágenes de alegría, estudiantes saliendo de las aulas, lanzando apuntes al aire y abrazándose. Para muchos, después de años de estudio intensivo, el haber acabado el gaokao es una liberación.
En Internet y en los medios de comunicación muchos estudiantes se han lanzado a debatir sobre los exámenes y a expresar sus sentimientos tras acabar el examen. Estas son algunas de sus impresiones: :
Hoy 9.460.000 estudiantes se han “liberado”. Sin embargo, el problema comienza ahora. ¿Qué van a hacer después? No todo el mundo puede ir a la universidad, siempre habrá gente que deje de estudiar. La sociedad tiene que ayudar a integrar a estos nuevos miembros, necesita cambiar el destino de esas numerosas personas. La presión sobre los estudiantes se produce en una sociedad competitiva, pero, ¿en qué circunstancias puede desaparecer?
Hace diez años por estas fechas, me sentaba en un aula en un pueblo remoto, bañado en sudor en un día asfixiante. El exterior estaba lleno de ansiosos padres velando por su futuro. De lo que más estoy orgulloso es de que ese año no decepcioné a mis padres. Ahora que yo mismo soy padre, comienzo a anticipar el futuro de mi hijo… ¡¡Cuántos sentimientos!!
Antes de hacer el examen, un estudiante, mientras ordenaba sus libros, me dijo: “Lo que estoy organizando no son los libros, es la libertad”. En esta frase, dejaba claro que lo que estábamos esperando no era el gaokao, ¡¡sino la libertad y la locura de después del examen!! Dentro de muy poco seré libre.
En el examen de hoy de lengua y literatura, ha habido una pregunta de comprensión escrita que me ha provocado nauseas. En el artículo original se describe cómo un chino vuelve del extranjero a su pueblo natal, en la provincia de Gansu. Después, se encuentra con un anciano que quiere ver el Río Amarillo, pero no dice ni una palabra. La pregunta del examen era: “¿Por qué el anciano quiere ver el Mar Amarillo pero se mantiene en silencio?”. Me derrumbé… ¿cómo voy a saber yo lo que le pasa a ese anciano? Utilizando otro ejemplo, a mi abuelo le gusta sentarse a tomar el sol en la pequeña tienda que hay a la puerta de su casa. Él tampoco dice nada. Ahora le pregunto yo a esos señores… ¿por qué hace mi abuelo eso?
“Felicidad” [era una de las preguntas de redacción en Liaoning]: Para mí, la felicidad es salir a la calle a comprar comida; que mi casa no sea demolida; la felicidad es no ser asaltado y pegado en la calle; la felicidad es no tener que preocuparme todos los días de la seguridad de mi hijo; la felicidad es recibir un trato justo y adecuado de la justicia; la felicidad es depender de mis propias habilidades para conseguir un buen trabajo, y que éste no sea tomado por los hijos de los influyentes políticos; la felicidad es poder vivir con dignidad.
Hoy, en la provincia de Hunan, la pregunta de redacción en el examen de lengua y literatura era “mañana” (zao, 早). Nada más acabar el examen, todos nos hemos puesto a debatir sobre el tema. De repente, alguien muy sorprendido a dicho: ¿”Mañana” -早-? ¿No era “sequía” -旱-).
De nuevo hay toda una multitud de estudiantes que creen que se han liberado. Irán impacientemente de fiesta, después al karaoke, de compras, a comer juntos, a viajar, todos caminando con orgullo… lo que no saben es que acaban de escapar del paraíso.
Solía ser bastante bueno en los exámenes, y ahora que terminado el gaokao también satisfactoriamente, de repente me siento perdido, como si de repente no tuviera dirección en la que avanzar. Antes no quería finalizar el instituto… ahora me acabo de dar cuenta de todo lo que amo esta escuela a la que he odiado tantas y tantas veces… Así de rápido se han pasado los tres años del instituto.
Se ha acabado el gaokao. Creo que ahora no se debería buscar a los mejores estudiantes, no hay que darle demasiada publicidad al gaokao. Hay que tratarlo como algo normal. En el extranjero, en general no lo consideran como algo tan importante. […] No hay que creer que la universidad es el único camino. ¡La mayor tragedia de todas es si después de la universidad no puedes encontrar trabajo!
Yo hice el gaokao en el año 1977. La impresión más profunda que me dejó es que yo fui el único de toda la escuela que aprobó y pudo ir a la universidad.
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Pura realidad, siempre creemos que todos los obstaculos están saltados. Sin embargo, pronto nos apresuramos a elegir otros que bloqueen nuestro camino.