“This is a scene that is rarely seen in China: workers located in a territory dominated by capitalist power , demonstrating freely and demanding higher wages,” writes the magazine Nuevo Siglo.

On May 27, a hundred workers sat outside one of Honda’s factories in southern China and continued a strike that had started ten days earlier. Dressed in white robes, black boots, and the company’s red caps, they wore masks that covered their faces. There they waited for the Chinese and foreign media, before which they expanded at ease: “If they do not meet our demands, we will continue to strike until the end,” declared one of them.

The recent labor movement in China

The strike at the Honda factories joins the criticism at the Dongguan factories and the wave of suicides at Foxconn , calling into question in recent weeks the operation of these labor-intensive companies and which have so far been one of the the keys to Chinese economic development. All these cases also have international implications. The first two as manufacturers for foreign companies, including Apple and Microsoft (FoxConn is the largest electronics subcontractor in the world); Honda, as one of the world’s leading carmakers.

Honda workers have taken advantage of this strike not only to complain about wages, but also about the government-controlled union, the differences between the wages of foreigners and Chinese (the Japanese could get paid 50 times more) and lack of respect from the company. They have also vindicated their right to strike, forming one of those episodes that the revolutionary Mao would have signed and which are nonetheless very rare in today’s China.

Timeline of a Chinese strike

La huelga se inició el 17 de mayo en Foshan, en la provincia de Guangdong, cuando un grupo de trabajadores comenzó a quejarse de sus bajos sueldos y decidió dejar de trabajar. La huelga se ha producido precisamente cuando el Gobierno de Guangzhou ha aumentado el sueldo mínimo de 770 a 920 yuanes al mes, una medida que se puso en efecto el 1 de mayo.

La actitud de los trabajadores provocó una reacción en cadena, extendiéndose la huelga a las otras dos fábricas de Honda en el sur de China y a sus tres compartidas (joint venture) de Wuhan. Desde entonces, empresa y trabajadores han estado enfrentados, lanzándose ofertas y contra-ofertas. Por el camino, la empresa nipona ha mostrado su desprecio por cualquier tipo de derecho laboral. Dos de los líderes del movimiento durante la primera semana fueron despedidos. Uno de ellos, originario de la provincia de Hunan y que llevaba dos años trabajando en la empresa, perdió su puesto por “participar en paros y huelgas en el trabajo” y por “no escuchar las órdenes de la empresa”. En su última propuesta, Honda ha incorporado una cláusula en la que exige a los trabajadores “no volver a liderar, organizar o participar en ningún parón o huelga”.

El 26 de mayo, y después de ofrecer unos aumentos ridículos a los trabajadores, Honda dio a conocer su siguiente oferta. Aquí se subía el sueldo a los trabajadores en prácticas (más de la mitad de los obreros en la fábrica) en 477 yuanes a partir del tercer mes. Al resto de trabajadores se les subía el sueldo base en 200 yuanes, los gastos diarios en 35 yuanes y los de comida en 120 yuanes.

La respuesta de los trabajadores fue un documento en el que no sólo no aceptaban, sino que seguían subiendo sus peticiones y aumentando sus reivindicaciones. Estas eran las cuatro más importantes.

– Aumento del sueldo básico en 800 yuanes. El aumento anual no podrá ser inferior al 15%. Los bonus al final del año, en fiestas, etc… no podrán ser menores que los del año anterior.

– Añadir extras dependiendo del tiempo trabajado en la empresa. Cada año, 100 yuanes extras (el tope máximo sería de 10 años)

– Aquellos que han participado en la huelga no podrán ser despedidos o sancionados. Aquellos trabajadores que han sido despedidos estos últimos días tienen que recuperar sus puestos de trabajo.

– Rehacer el sindicato, volver a elegir al presidente y al resto de representantes.

Los trabajadores exigían que todos y cada uno de estos puntos fueran aceptados; hasta entonces, seguirían en huelga.

Los huelguistas no se quedaron ahí, sino que justificaron sus peticiones a los medios. Según ellos, los 800 yuanes de aumento estaban calculados en función de las condiciones del mercado. El año anterior, Honda había obtenido unos beneficios de 10.000 millones de yuanes. Asimismo, las fábricas chinas, en tan sólo tres años, ya habían dado más beneficios a la empresa que las fábricas en India, que habían comenzado su producción hacía 15 años. “Sin embargo, en estos tres años nuestro sueldo no ha cambiado”, se quejaba uno de los trabajadores.

Cambio en las fábricas chinas

La protesta de estos trabajadores muestra el cansancio de un modelo que tal vez funcionó para la generación anterior, pero que parece estar tocando a su fin con los jóvenes de hoy. Casi todos los que llegaron a las fábricas del sur de China en los 80 y 90 habían sufrido una extrema pobreza, muy poca educación y las consecuencias de la Revolución Cultural. “La segunda generación, que ya ha recibido una mejor educación, tiene más oportunidades para elegir trabajo. Además, tienen mayores aspiraciones en la vida. En la época actual en la que la inflación y las desigualdades entre ricos y pobres no han cesado de crecer, finalmente han expresado su propia voz”, escribía la revista Nuevo Siglo (新世纪). Esta misma publicación lo resumía con la siguiente frase: “No sólo quieren que sea legal, también quieren que sea justo”.

El día 28 de mayo, poco después de recibir la última oferta de Honda, uno de los trabajadores colgaba el siguiente mensaje en su cuenta de QQ (el Messenger chino): “¿Para qué hemos corrido este largo camino y trabajado así? ¿Por unos cientos de yuanes? Pienso en nuestros ancianos padres… ¿todavía queremos continuar así? Defender el derecho a huelga es nuestro único camino. ¡Haremos todo por conseguir respeto!”.

Fuentes:

Caixinwang (财新网): 本田加薪式罢工冲击低成本制造业模式 (vía Netease)

Zhongguo Jingjiwang  (中国经济网): 本田中外员工工资相差50倍 数百工人罢工 – Los extranjeros en Honda cobran 50 veces más que los chinos (vía Netease)