“Disturbios” y “altercados” (骚乱, 动荡, 风波). De esta forma es como la prensa china ha definido la crisis política y social que está viviendo Túnez. Así se puede ver en un artículo de análisis publicado por la agencia oficial Xinhua y reproducido en numerosos medios, donde se afirma que las revueltas actuales vienen de lejos y que responden a razones económicas. Según esta visión, que ha sido compartida por gran parte de la prensa china, la crisis internacional ha agravado los problemas económicos de Túnez y la corrupción, la inflación y el paro se han vuelto insostenibles.
A través de este artículo, de hecho, se puede ver cómo Túnez comparte ciertas características con China y en ocasiones el texto se puede leer casi en clave nacional. Se afirma que la tasa de paro en el país africano es mucho mayor de lo que han publicado las instituciones oficiales, el 14%, y que un tercio de ellos son licenciados universitarios, quienes han liderado las protestas. También se habla de la inflación (que en los últimos diez meses estaría en el 4,5%) y de una corrupción que ha acabado con la paciencia de la gente. Todos estos problemas son también compartidos por el gigante asiático: la corrupción es la preocupación número uno de los ciudadanos, la inflación (con números parecidos o incluso superiores a los de Túnez) ha reducido el poder adquisitivo de los ciudadanos y el paro entre los jóvenes está frustrando a millones de universitarios que no consiguen alcanzar el “sueño chino”. La última frase de este artículo de Xinhua casi parece una receta para China:
Según los analistas, sólo manteniendo la estabilidad social, continuando con el desarrollo económico y repartiendo los frutos del mismo entre todo el pueblo podrá Túnez finalmente escapar de la actual difícil situación política.
En general, mientras algunos medios occidentales han presentado la historia como un levantamiento democrático del pueblo tunecino contra la dictadura, este tipo de relato es siempre secundario en los medios chinos. El diario El País, por ejemplo, habla de una “revolución democrática” o “revuelta popular“. Otros, como The Guardian, han indicado la posibilidad de que este levantamiento (uprising, la palabra más utilizada en el medio británico) pueda extenderse a otros países del Magreb.
En China, sin embargo, también se ha utilizado la palabra dongluan (动乱), que se podría traducir como “disturbios” y que fue utilizada por el gobierno para condenar las manifestaciones de Tiananmen en 1989. En otro artículo publicado en el Primer Diario de Economía (第一财经日报) se afirma claramente que son “la corrupción del gobierno y la crisis económica las causas principales” de las protestas en Túnez.
Lecciones para China
Cada vez que se produce algún tipo de crisis política y social de estas características en el mundo, el gobierno chino analiza con lupa sus causas y evolución. Así pasó, por ejemplo, con las manifestaciones en Irán de 2009, donde los líderes políticos chinos se dieron cuenta de la importancia de Internet en la organización de movimientos contrarios al gobierno.
En la prensa china, uno de los especialistas que ha hablado algo más sobre las causas políticas de la crisis en Túnez ha sido He Wenping (贺文萍), director del departamento de investigación de África en la Academia de Ciencias Sociales de China. En una entrevista con elSouthern Metropolis Weekly (南方都市报), He Wenping destaca que “aunque pudiera parecer un sistema democrático, el gran período de [Bel Abi] como gobernante ha provocado una alta concentración de poder”. También afirma que las libertades y los derechos de los ciudadanos estaban limitados y que el desarrollo del sistema político iba por detrás de los cambios sociales.
A continuación traducimos algunos de los comentarios a la noticia en Netease:
Internauta de Shandong:
El gran pueblo tunecino.
Internauta de Guangxi:
En cuanto a la situación de disturbios políticos, el portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, Hong Lei (洪磊), en respuesta a un periodista ha indicado que China es amigo de Túnez, que está siguiendo muy de cerca el desarrollo de la situación y que espera de todo corazón la restauración del orden social cuanto antes, ya que esto va en beneficio de los intereses fundamentales del pueblo.El presidente de Estados Unidos Obama, en su respuesta, ha alabado la dignidad y el coraje del pueblo tunecino.
Internauta de Beijing:
¡¡Los jóvenes tunecinos son geniales!!
Respuesta internauta de Hebei:
Muy bien dicho: dignidad y coraje.
Internauta de Shanghai:
Otros están 4 años [en el poder], él ha querido permanecer a toda costa más de 20 años… ¿Cómo no va a ser un corrupto?
Internauta de Hubei:
¡¡La clave es que no se han armonizado!!
Internauta de Jiangxi:
Viva el gran pueblo tunecino.
Fuentes
► Análisis de Xinhua: 新闻分析：突尼斯政局动荡的背后
► Xinjingbao / Xinhua: 突尼斯小贩自焚致全国动乱 总统逃亡
► Southern Metropolis Daily: 专家称突尼斯政治发展长期滞后引发形势失控
► Primer Diario Económico (Shaghai): 突尼斯遭遇“茉莉花革命”
► Comentarios en Netease
Si alguna lección tiene aprendida China en la escuela de las relaciones internacionales es precisamente la no injerencia en los asuntos internos de otros estados bajo ningún pretexto, uno de los sus cinco principios de coexistencia pacífica que cumple a rajatabla. Dios no quiera que la revolución de los jazmines degenere en una guerra civil entre tunecinos, pero que EEUU y Europa hayan apoyado la "revolución democrática", otra de los colores, no deja de ser una grosera toma de postura, no tanto de apoyo al pueblo como de reprimenda a los regímenes vecinos que tienen regímenes "revolucionables" con más solera. Egipto está que trina, Argelia a verlas venir y Libia ya te digo. Creo que la postura oficial de China ha sido la correcta, independientemente de los paralelismos y enseñanzas que se saquen. Digo.