Normalmente confinadas al cada vez más olvidado rincón televisivo, las historias patrióticas y propagandísticas (de naturaleza normalmente bélica) han protagonizado en China una resurrección cinematográfica que no ha escatimado en gastos. Este género que parecía olvidado en favor de un cine más variado, comercial y acorde a los gustos de las nuevas generaciones, ha resurgido durante noviembre de forma puntual con motivo del XVIII Congreso del Partido Comunista de China, dejando al público cinematográfico con cierta sensación de deja vu histórico.
Cualquiera que haya abierto un periódico o visto un telediario durante estas últimas semanas estará informado de la celebración del XVIII Congreso y del cambio de guardia en la cúpula del Partido. Seguridad, transporte y medios de comunicación, todos han estado al servicio de uno de los principales acontecimientos políticos de China. Cual intrincado mecanismo en donde cada una de las piezas es esencial para el funcionamiento del todo, el Partido Comunista de China calculó y puso a punto todas y cada una de sus piezas para que nada fallara durante esos días. Y como han mostrado las carteleras de noviembre, lleva haciéndolo desde hace meses, si no años. Para tratar de asegurarse el apoyo y favor del pueblo, las pantallas chinas, con la inestimable ayuda de la Administración Nacional de Radio, Cine y Televisión (SARFT), han estrenado estas últimas semanas multitud de películas patrióticas a través de las cuales mostrar la entrega y sacrificio del Partido Comunista de China hacia el pueblo.
Al menos cinco películas patrióticas han sido estrenadas en los cines de China durante las dos semanas previas a la celebración del Congreso del PCCh. Con un acabado técnico relativamente bueno y actores desconocidos con los que huir de un star system que restaría credibilidad a las historias, todas ellas han compartido en mayor o menor medida un denominador común: sus historias narran la vida de personas, normalmente miembros del Partido Comunista o el Ejército Popular de Liberación, que deciden sacrificar su vida en aras del bien del pueblo.
“The tree under the rain” (雨中的树), por ejemplo, cuenta la historia de un niño que decide abandonar la comodidad de la ciudad para viajar durante las vacaciones de verano al interior de China. Aquí se reencontrará con la figura ausente de su padre, quién dedicó su vida a ayudar a las comunidades rurales y a las minorías étnicas más desfavorecidas del país.
“Hushed Roar” (咆哮无声), por su parte, narra a través de la mirada de una chica nacida en los años 80 una cruenta batalla entre el ejército comunista y los invasores japoneses. El enfrentamiento tuvo lugar en 1938 en la provincia de Shanxi y duró más de un mes.
“Go through snow mountains and grassland” (走过雪山草地) o “The next 11 days” (冰雪十一天) son otros ejemplos de un cine que pretende atacar la fibra más sensible del espectador para tratar de hacerle llegar calculados (y ni mucho menos inocentes) mensajes. La parafernalia del Partido, la épica música militar o las banderas nacionales pueblan el metraje de unas historias claramente despegadas del gusto de un público chino más informado y exigente que nunca.
A pesar de poseer cinematografías y acabados nada desdeñables, sus historias y narrativas mañidas y pasadas de moda no han convencido ni a crítica ni a público. Aunque los medios de comunicación las han vendido como emotivas historias basadas en hechos reales, pocos se han visto atraídos por estas propuestas con regusto a telefilme y todas ellas han pasado sin pena ni gloria por las carteleras nacionales. Tras agotar las dos semanas de proyección privilegiada ofrecida en bandeja por la SARFT, es difícil encontrarlas ya en los cines de China, que buscan hacer caja con filmes realmente esperados, como la hongkonesa “Cold War” (寒战) , la segunda entrega de la película fantástica de artes marciales Taiji (太极2英雄崛起), o la nueva propuesta estadounidense del director taiwanés Ang Lee “La vida de Pi”.
Hay alguna pelicula que hable de las barbaridades de la revolucion cultural y el gran salto adelante?