Brasil, el mejor amigo político y económico de China en Latinoamérica

por | Sep 2, 2019 | América Latina y China, Lo último

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Nota: este artículo forma parte del libro “136: el plan de China en América Latina”. Aquí tienes más información sobre este fascinante viaje al nuevo rol de China como superpotencia. En el libro se habla con mucho más detalle de las relaciones políticas y geoestratégicas de Brasil y China.


Brasil y China: una relación geoestratégica, política y global

Antes de llegar a Brasil, las primeras imágenes que se me venían a la cabeza eran las de sus jugadores de fútbol, las estrechas calles de las favelas, las celebraciones de Carnaval y los ritmos de samba y bossa nova. De toda América Latina, el gigante sudamericano es tal vez el país más icónico y reconocible. Todos identificamos a Brasil con los goles de Neymar, el bronceado de sus mujeres en la playa de Ipanema o las vistas de Rio de Janeiro desde el emblemático Cristo Redentor.

Pero, después de hablar con varios diplomáticos chinos, mi imagen de Brasil cambió por completo. Para Pekín, el gigante sudamericano es su socio político por excelencia en el continente; lo primero que encuentra cuando levanta la vista y mira hacia América Latina. La preferencia por Brasil es tan marcada entre sus diplomáticos que para muchos explicar los motivos es casi una redundancia. “No hace falta explicar por qué Brasil es el país latinoamericano más importante para China. Sencillamente lo es. No hay discusión”, me explicó en un hotel de Río de Janerio Chen Duqing, embajador en Brasil entre 2006 y 2009 y uno de los diplomáticos con más experiencia en el país sudamericano.

Tiene razón Chen Duqing cuando dice que los motivos de su importancia son evidentes. Brasil es con mucha diferencia el país más poblado de América Latina (y el quinto del mundo) y basta con mirar al mapa para darse cuenta de sus dimensiones: con 8,5 millones de kilómetros cuadrados de extensión, sólo le superan Rusia, Canadá, Estados Unidos y China. En el contexto regional su rol es todavía más prominente: comparte frontera con diez países sudamericanos (todos menos Chile y Ecuador).

China y Brasil: dos economías emergentes

Brasil no es sólo un gigante por su tamaño, sino también por su poderío económico. Gracias al rápido crecimiento experimentado durante el siglo XXI, en 2014 se convirtió en la séptima economía mundial, por delante de India, Rusia o Canadá. Brasil tiene además la mayor concentración industrial de América Latina (en torno a tres quintos de su producción total) y cuenta con importantes empresas globales como Petrobras (petróleo), Odebrecht (infraestructuras), Vale (minería) o Marcopolo (autobuses). Sólo algunas de sus regiones más ricas y pobladas, como el Estado de São Paulo, generan más PIB que potencias regionales como Argentina (la segunda economía sudamericana).

Aunque contestado por casi todos sus vecinos, Brasil también ha liderado las principales iniciativas políticas del continente. La creación en 1991 del Mercosur buscaba construir una unión económica en Sudamérica con centro en Brasilia. La puesta en marcha en 2008 de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) está también relacionada con su interés por liderar la región y limitar la influencia estadounidense en América Latina. En el año 2004, el ejército brasileño tomó el mando de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití, en otra muestra más de sus ambiciones como la única y gran potencia latinoamericana (también en el terreno militar).

A todo esto hay que añadir sus enormes recursos naturales. Brasil cuenta con el 25% de las tierras cultivables del planeta y es uno de los mayores exportadores de naranjas, algodón, azúcar, café, tabaco, maíz, pollo, cerdo, ternera y soja (ésta última fundamental para la dieta china). Sus depósitos de mineral de hierro están considerados los más abundantes del planeta. Por si todo esto fuera poco, entre 2007 y 2010, Brasil descubrió tres enormes pozos de petróleo y gas (Lula, Jupiter y Tupi) que le han situado a las puertas de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEC). Para un país como China, hambriento de recursos y alimentos, Brasil es el paraíso prohibido.

Desde la perspectiva e idiosincrasia chinas, la condición de país en vías de desarrollo es otro elemento fundamental de la importancia brasileña. China ha buscado tradicionalmente posicionarse como líder de los países del Tercer Mundo y potenciar al máximo las relaciones Sur-Sur, lo que convierte a Brasil en su socio ideal en América Latina. “Aunque estamos muy lejos en la distancia, China le da una gran importancia a Brasil. China es el país en desarrollo más grande de Oriente, y Brasil es el país en desarrollo más grande de Occidente”, me explicó Tian Min, consejera de la embajada de China en Brasilia.

China y Brasil: una relación política que va más allá de la economía

La prioridad que China le confiere a Brasil (y viceversa) se ha traducido en una intensa relación económica. Después de haber viajado durante diez meses por el continente, cuando llegué a Rio de Janeiro y comencé a hablar con diplomáticos chinos y brasileños me di cuenta de que estábamos hablando de algo mucho más grande.

Entre 2010 y 2016, el 51,6% de las inversiones chinas en América Latina fue a parar a Brasil. En 2014, el 29% de los intercambios comerciales entre las dos regiones correspondía a la conexión sino-brasileña, mientras que éste alcanzaba el 42% de las exportaciones latinoamericanas con destino a China. Hay pocas dudas de que la relación económica entre los dos países es la más importante y completa del continente. De pronto, todo lo demás parece muy pequeño.

Estos elementos sitúan a Brasil no sólo como un socio económico de primer orden, sino también como un importante aliado político. A diferencia de otros países latinoamericanos, que basan su relación con China únicamente en la economía (o incluso en el comercio), con Brasil existe una sintonía política que va mucho más allá. Gracias a su enorme mercado, dimensiones continentales, ingentes recursos naturales, conocimientos tecnológicos y liderazgo político, Brasil se ha situado en el centro de la estrategia china en América Latina.

Tanto es así, que China ha comenzado a utilizar al gigante sudamericano como el centro de sus operaciones en el continente. En julio de 2014, por ejemplo, el presidente chino Xi Jinping anunció en Brasilia la celebración del primer Foro CELAC – China, que tuvo lugar en Pekín en enero de 2015. Muchos otros de los proyectos de inversión, intercambios comerciales o acuerdos científicos para toda América Latina se dan a conocer ya desde Brasil. Incluso algunos medios de comunicación públicos, como la Televisión Central de China (CCTV), tienen la sede de su canal en español en Brasil (prácticamente el único de toda la región que no habla la lengua de Cervantes).

Brasil, el centro de la estrategia china en América Latina

Durante las últimas décadas, este interés geoestratégico ha traído consigo un importante esfuerzo por institucionalizar la relación. Ya en 1993, las dos naciones firmaron un acuerdo de “cooperación estratégica”, la primera vez que el país asiático lo hacía con una nación en desarrollo (incluso antes que con Rusia o India).

Estas etiquetas son importantes en la política exterior del país asiático y situaban a Brasilia en lo más alto de su jerarquía de prioridades internacionales. En el año 2004 se creó la Comisión Sino-Brasileña de Alto Nivel de Concertación y Cooperación (COSBAN), una institución bilateral que cuenta con once subcomisiones y que hace un seguimiento de los temas más importantes para los dos países. Otros hitos en las relaciones bilaterales incluyen las firmas del Plan de Acción Conjunta 2010-2014 (después extendido al siguiente lustro) y el Plan de Cooperación Brasil-China (2012-2021). En todos estos documentos se marca una hoja de ruta y un amplio abanico de acuerdos de cooperación, comercio, inversiones, política exteriores e intercambios culturales.

La importancia geoestratégica que los dos países se confieren se ha traducido también en frecuentes visitas de Estado. Entre el 2001 y el 2015, los primeros ministros y presidentes de China visitaron Brasil en seis ocasiones, con mucha diferencia el más visitado de América Latina (los segundos son Argentina y Chile, con cuatro visitas). Los frecuentes encuentros en organismos internacionales como Naciones Unidas, G-20 o BRICS provocaron que sólo entre los años 2008 y 2009 el presidente brasileño, Lula da Silva, y su homólogo chino, Hu Jintao, se encontraran en hasta nueve ocasiones.

Los políticos chinos se han acostumbrado a visitar a sus homólogos en la capital brasileña. [FOTO: Daniel Méndez]

En América Latina la relación sino-brasileña no sólo es especial por su alto contenido político, sino también por su dimensión global. Como dos grandes países en vías de desarrollo, a menudo los intereses nacionales de los dos países coinciden en la escena internacional, lo que les ha llevado a perseguir una agenda conjunta. En el año 2012 las relaciones entre los dos países fueron elevadas al estatus de “colaboración estratégica global”. Li Jinzhang, el embajador chino en Brasil entre 2012 y 2016, lo resumía así:

“La mutua confianza política y estratégica ha alcanzado un nivel inédito y la convergencia de nuestros intereses nunca fue tan estrecha. Siendo importantes economías emergentes y miembros de los BRICS, los dos países colaboran fuertemente en asuntos internacionales para defender los intereses de los países en desarrollo”


Nota: este artículo forma parte del libro “136: el plan de China en América Latina”. Aquí tienes más información sobre este fascinante viaje al nuevo rol de China como superpotencia. En el libro se habla con mucho más detalle de las relaciones políticas y geoestratégicas de Brasil y China.

Daniel Méndez
Daniel Méndez es el autor del libro "136: el plan de China en América Latina", publicado en 2019 y que explica en profundidad las crecientes relaciones políticas y económicas entre el gigante asiático y el continente americano. En 2010 creó la página web ZaiChina. Es Licenciado en Periodismo y Estudios de Asia Oriental. Colaboró desde Pekín con varios medios de comunicación (entre ellos El Confidencial, Radio Francia Internacional, El Tiempo y EsGlobal) y es el autor del libro "Universitario en China. Así son los futuros líderes del país". [Más artículos de Daniel Méndez]

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