Nota: este artículo forma parte del libro “136: el plan de China en América Latina” (puedes comprarlo en Amazon España o Amazon Estados Unidos). En el libro se habla en mucha más profundidad del Tratado de Libre Comercio firmado entre Chile y China, incluyendo sus ventajas y desventajas.

Chile, las ventajas del TLC con China

Mi primera visita a Chile coincidió casi exactamente con el décimo aniversario de la firma del TLC con China. La efeméride había llevado a políticos y economistas a hacer un balance sobre el acuerdo firmado con Pekín; y la mayoría de ellos parecía estar satisfecho.

Con la perspectiva que da el tiempo y los resultados en la mano, incluso aquellos que en su momento tenían dudas piensan hoy que el acuerdo ha sido exitoso. “Yo no es que estuviera en contra del TLC, pero no quería poner el pie en el acelerador. Consideraba que había que darle más tiempo al tema chino. Pero hoy en día confieso que estaba equivocado”, reconoce Manfred Wilhelmy, director de la Fundación Chilena del Pacífico entre 1994 y 2016, una institución público-privada que se encarga de analizar y gestionar las relaciones con Asia. .

¿Qué es lo que ha salido bien?

1 – En primer lugar, los intercambios comerciales se han disparado. Aunque es cierto que esto ha pasado en toda América Latina, en el caso de Chile se puede ver una espectacular línea ascendente a partir de la firma del TLC. Entre 2005 y 2017 los intercambios comerciales se multiplicaron por cuatro, pasando de 8.122 millones de dólares a 34.305 millones.

Además, el país sudamericano ha exportado más de lo que ha importado, obteniendo un superávit anual de cerca de 4.000 millones de dólares al año. Todo esto ha supuesto más puestos de trabajo, mejores salarios y mayores ingresos para el Estado.

2 – En segundo lugar, Chile ha logrado diversificar su economía. Si en 2005 China suponía el 10,3% del comercio exterior chileno, para 2017 había alcanzado el 26%, siendo con mucha diferencia su primer socio comercial (le sigue Estados Unidos con el 16,2% y la Unión Europea con el 13,8%). Cuando se firmó el TLC, Chile ya tenía una sólida presencia en los mercados de los países desarrollados y Sudamérica y uno de sus principales objetivos era crear nuevas oportunidades en China y Asia, donde se concentra el crecimiento económico mundial. Hay pocas dudas de que lo ha conseguido.

TLC: Chile coloca nuevos productos en China

3 – En tercer lugar, Chile ha conseguido colocar nuevos productos en el gigante asiático. Aunque el cobre sigue siendo el producto estrella (en 2017 supuso el 80,5% de las exportaciones chilenas), el país sudamericano se ha hecho un hueco en otros sectores. Entre 2005 y 2014, las exportaciones de frutas (en especial uvas, ciruelas, cerezas y arándanos) crecieron a un promedio anual del 73%; los productos forestales, muebles de madera y salmón crecieron un 27%; y los productos químicos (en especial el yodo) un 22% al año.

Éste era en realidad el objetivo número uno del TLC. Chile se ha convertido en un importante exportador de productos agroindustriales (algunos economistas le definen como exportador gourmet), intentando que éstos sean lo más elaborados y con mayor valor añadido posible. China, con sus más de 1.300 millones de habitantes, crecientes clases medias y enormes necesidades alimentarias, encajaba a la perfección con las aspiraciones chilenas. Además, el país sudamericano ha hecho un enorme esfuerzo por mejorar el etiquetado, presentación, embalaje y calidad de sus frutas y verduras, algo muy valorado por los cada vez más exigentes consumidores chinos, preocupados por la contaminación y falta de higiene de los alimentos en su país.

La gran ventaja del TLC: menos aranceles de China

En este sentido, la ventaja del TLC está en que los aranceles a estos productos chilenos se han ido reduciendo con el paso de los años, lo que les ha vuelto mucho más competitivos con respecto a la competencia. El acuerdo firmado entre Pekín y Santiago establecía unos productos a los que se eliminaban todos los aranceles de forma inmediata, otros a los cinco años y otros a los diez. De esta forma, algunos productos (como por ejemplo los arándanos) han pasado de un arancel del 30% al 0%.

Además del efecto TLC, Chile ha conseguido penetrar en estos sectores gracias a su clima y ubicación geográfica. Algunas regiones chilenas tienen el mismo clima que España, Italia, Portugal o Grecia, pero al encontrarse en el hemisferio sur producen frutas y verduras durante el invierno europeo. Este fenómeno de la contraestación le permite llegar al mercado chino justo en las épocas en las que hay menos competencia y más demanda.

Aunque todo esto son números, la repercusión para el ciudadano de a pie es notoria. Al poder vender más en el extranjero, las empresas pueden contratar más trabajadores. De hecho, los nuevos sectores agroindustriales como las frutas o el vino crean más puestos de trabajo que la minería.

Al mismo tiempo, si bien las exportaciones de cobre benefician sobre todo a las regiones del norte de Chile (las provincias entre Tarapacá y Santiago), los nuevos negocios de frutas, verduras, vino y madera ayudan al desarrollo del sur (entre Maule y Los Lagos). Fernando Reyes Matta pone el ejemplo de los productores de cerezas, cuyas exportaciones en los últimos años han rozado los 500 millones de dólares. “Esa cantidad en el total de los 19.000 millones de dólares [en exportaciones] es poco, pero pregúntale a los productores del valle central chileno a ver qué te dicen…”.

Nota: este artículo forma parte del libro “136: el plan de China en América Latina” (puedes comprarlo en Amazon España o Amazon Estados Unidos). En el libro se habla en mucha más profundidad del Tratado de Libre Comercio firmado entre Chile y China, incluyendo sus ventajas y desventajas.